
El amor no es un juego es un nuevo sport romance de fútbol americano de la pluma de Sarah Adams, que al igual que el anterior no defrauda en absoluto.
Ha sido una sorpresa muy grata volver a encontrarme con el grupo de amigos, jugadores del equipo de los Sharks que conocí en Las reglas del juego. Puedes leer mi reseña en esta entrada del blog. Me ha hecho muy feliz volver a disfrutar de sus divertidas reuniones e interacción en la vida del protagonista.
En este caso nos encontramos con Derek, un jugador que acaba de superar una importante lesión y se ve obligado a cambiar de agente. Este no es otro que Nora, la novia de la universidad que le rompió el corazón dejándolo de manera inesperada. Aunque en un principio piensa rechazar ser su cliente, decide que va a vengarse de ella hasta hacerla dimitir. Pero una noche loca en las Vegas termina con los dos casados.
Los clichés:
Con esta pequeña sinopsis puede parecer que este libro romántico sobre jugadores de fútbol americano se trata de un típico enemies to lovers, sobre todo por parte de él, pero luego pasaremos al cliché de relación falsa. Y ya se sabe cómo suelen terminar estas cosas cuando, a pesar de los años trascurridos, los sentimientos han continuado latentes en el fondo de los corazones, estamos ante un sport romance de segundas oportunidades.
Derek y Nora, estupendos protagonistas de este sport romance:
Nora es toda una explosión de color, purpurina y arco iris en el mundo gris y machista de los agentes deportivos. Una mujer que ha priorizado su carrera sobre las demás facetas de su vida y acaba de conseguir que en la agencia le asignen su primer cliente. A pesar de su alegría, carga con un constante sentimiento de no ser suficiente para los demás y de que su personalidad resulte una carga de la que se cansen.
Derek es un gran deportista que está atravesando un mal momento al enfrentarse al posible final de su carrera si no demuestra cuando llegue la nueva temporada que ha superado una grave lesión. El deporte es su vida, lo que le ayudó de superar los malos momentos de su infancia y adolescencia por una dislexia no diagnosticada hasta después de sufrir la lesión. Teme perder lo único por lo que siempre le han valorado.
Los dos tendrán que aprender a superar sus miedos para avanzar como personas.
LOS PERSONAJES SECUNDARIOS:
En esta ocasión quiero diferenciarlos de una manera diferente.
Los chicos:
como no podía ser de otra manera en un libro romántico sobre jugadores de fútbol americano, no podían faltar los compañeros de Derek. Pero el grupo formado por él y cuatro de los integrantes de los Shark no mucho más que compañeros. Son grandes amigos, como hermanos, y su relación va mucho más allá del terreno de juego.
La manera en la que interactúan entre ellos, apoyándose en los malos momentos y celebrando juntos las cosas buenas resulta hasta entrañable. Pero lo que más me ha gustado es como se pican entre ellos con una gran complicidad.
Las chicas:
Pero si hay algo que quiero destacar sobre todo en esta historia sin dos de los personajes femeninos que acompañan a Nora y que me han parecido sencillamente espectaculares: Pam, la madre de Nora, y Nicole, su mentora en la agencia de representación.
Pam es una mujer excepcional que ha criado sola a su hija. Tanto en las escenas en las que aparece, como cuando Nora recuerda algo de ella, nos deja verdaderas perlas para atesorar. Ha educado a su hija para que no permita que nadie le impida cumplir sus sueños. Para que sepa la importancia de elegir tu camino en libertad sea el que sea: bien tu carrera profesional, priorizar tu familia, o una combinación de ambas. «No se trata de qué eliges, sino de tu libertad de elegir».
Y por otro lado tenemos a Nicole, que hizo alguna aparición en Las reglas del juego como agente de Nathan. Ella apostó por Nora en la agencia de representación de deportistas. A pesar de lo diferentes que son sus personalidades hay una gran conexión entre ellas. Y como la misma Nicole le dice a Nora sobre lo difícil de prosperar, debido al machismo imperante en su profesión y el doble rasero que se aplica, «necesitamos el apoyo de las demás». Un claro alegato a la solidaridad entre mujeres para alcanzar el ansiado empoderamiento.
El amor no es un juego, es una novela estupenda. Mucho más que una comedia romántica pues los sentimientos rondan cada página. Hay muchas risas, mucha ternura, y también pasión.
Como ya supe la primera vez que leí a Sarah Adams, es una autora a la que seguir de cerca porque sabe hacernos disfrutar de la lectura. Te dejo el link de su Instagram para que no te pierdas sus novedades. Aunque ya te aseguro que en esté blog las encontraras.
Desde luego, gracias a ti estoy descubriendo un montón de sport romance que desconocía, es todo un universo.
Y eso que hasta ahora solo he leido de fútbol americano, pero hay todo un universo de deportes que pueden ser de lo más interesante.